La semana 'horribilis' del Gobierno: el lío de la ley del 'solo sí es sí' y la malversación empañan la foto 'mundial' de Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mira a la ministra de Industria y precandidata del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mira a la ministra de Industria y precandidata del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto.
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mira a la ministra de Industria y precandidata del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, Reyes Maroto.

La tormenta vuelve a amenazar el transcurso de un barco llamado coalición. Después de unos meses en los que el Gobierno había recuperado la iniciativa política y las encuestas comenzaban a reflejar la contención del 'efecto Feijóo', las polémicas sobre la ley del 'solo sí es sí' y la posible reforma de la malversación han estado a punto de provocar que el Ejecutivo entre en barrena y, sobre todo, han empañado el éxito que supuso la presencia del presidente Pedro Sánchez en la Cumbre del G-20 celebrada en Bali y la reunión con importantes líderes mundiales.

Las sensaciones desprendidas el pasado lunes en Ferraz eran buenas. El domingo, una masiva manifestación colapsó el centro de Madrid a favor de la Sanidad pública. La marcha suponía un duro golpe para Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña, a la que desde filas socialistas se la contrapone al líder de la oposición para desgastarle. Además, y a diferencia que en los dos últimos meses, ningún periodista iba a preguntarle a Pilar Alegría, portavoz del PSOE, por el candidato al Ayuntamiento de Madrid, puesto que también esa mañana se desveló que será Reyes Maroto, ministra de Industria.

No obstante, los cantos de sirena llegados desde Cataluña comenzaron a torcer caras en Ferraz. ERC pedía más y no se contentaba solo con suprimir el delito de sedición y su cambio por el tipo penal de 'desórdenes públicos agravados', sino que planteaba tocar la malversación. En el cuartel general de los socialistas optaron por la prudencia. "Nuestro compromiso era cambiar la sedición y es lo que hemos trasladado a través de esa proposición de ley", defendió Alegría, que señaló la "libertad" de los grupos políticos -en referencia a ERC- "para presentar cualquier enmienda", que serían "estudiadas". "Como pasa con cualquier enmienda, lo que se hará será estudiarla en profundidad", dijo Félix Bolaños, ministro de Presidencia y mano derecha de Sánchez en el Gobierno.

Esta moderación del Ejecutivo, no obstante, fue perjudicial. Comenzaron a llover los titulares sobre que "estudiaba" o "se abría" a revisar también la malversación, cuando todavía los barones estaban digiriendo la reforma de la sedición. "Esto tiene mala venta", repetían algunas fuentes socialistas. La prueba está en que ni los socios del Gobierno lograban ponerse de acuerdo al respecto al tratarse del delito de corrupción por antonomasia y por beneficiar directamente a varios de los condenados por el 'procés'. Todo ello, sin tener en cuenta que es probable que provocase la salida de la cárcel de José Antonio Griñán, expresidente socialista andaluz, a meses de las elecciones autonómicas y municipales.

Las grietas comenzaron a verse no solo en el PSOE, sino también en Unidas Podemos. Su portavoz catalán, Jaume Asens, expresó el lunes su disposición, aunque Pablo Echenique, portavoz en el Congreso, lo rebajó el martes. A preguntas de 20Minutos, PNV y EH Bildu, habituales socios del Gobierno, evitaron apoyar la iniciativa y rechazaron posicionarse antes de conocer la propuesta concreta que registrará ERC.

La rebaja de penas a condenados por abuso

Por si fuera poco, la polémica sobre la malversación no ha sido la única que ha marcado la 'semana horribilis' del Gobierno. El martes, comenzaron a publicarse casos en los que los jueces habían rebajado penas de cárcel a condenados por abusos sexuales basándose en la ley del 'solo sí es sí', una de las normativas estrella de Unidas Podemos en las que también participaron ministerios socialistas, como Interior o Justicia. El nerviosismo en Moncloa quedó patente en la rueda posterior al Consejo de Ministros. Pese a que las informaciones llevaban horas publicadas, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, dijo "desconocerlas".

Unidas Podemos comenzó su guerra particular contra los jueces acusándoles de machistas. "Fachas con toga", llegó a decir el diputado de Podemos Javier Sánchez Serna, mientras la titular de Igualdad, Irene Montero acusaba a los magistrados de machismo. Así las cosas, los días posteriores se conocieron más casos que han provocado que incluso el Gobierno admita que hay "alarma social". La línea de actuación monclovita pasa, de nuevo, por la prudencia. El presidente, para no cabrear a Unidas Podemos, optó por pedir tiempo para estudiar las sentencias antes de retocar la ley, algo que piden los socios parlamentarios, algunos miembros de UP y barones socialistas.

Un viaje a Bali eclipsado

Con todo, ambas controversias han sorprendido al jefe del Ejecutivo fuera de nuestras fronteras y han empañado la labor del presidente, que confirmó su peso en la política internacional con una foto de la reunión que mantuvo con el presidente de los EEUU, Joe Biden; el francés Emmanuel Macron; el alemán Olaf Scholz; y el primer ministro británico Rishi Sunak. El encuentro, además, se produjo tras la caída de un misil en Polonia que elevó a máximos niveles la tensión bélica al existir la posibilidad -ya descartada- de que fuera un arma rusa.

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